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LA SUBALTERNIDAD DE LOS DEVORADORES EN "DIARIO DE UN LOCO" DE LU HSUN

Paulet Thanairy Malo Jiménez

Universidad Autónoma de Aguascalientes



Después de la caída de la dinastía Qing, China se volvió un lugar caótico. Entre 1927 y 1949, la guerra entre nacionalistas (KMT) y comunistas (PCCh), que desde el principio fue desigual pues el partido comunista no poseía tantos miembros ni soldados como los tenía el KMT, separó a la sociedad china de su tiempo. La rivalidad entre estas facciones era tal, que durante la invasión japonesa de 1937 los nacionalistas no quisieron aliarse con los comunistas para luchar contra el enemigo común. En este contexto fue que Lu Hsun vivió la última década de su vida.

Nacido en Shaoxing en septiembre de 1881 con el nombre de Zhou Zhangshou, Lu Hsun pertenecía a una familia de funcionarios de alto nivel cuyo honor quedó pisoteado cuando el abuelo de Lu Hsun fue acusado de corrupción y por consiguiente encarcelado. El suceso con su abuelo no les afectó demasiado económicamente hablando, sin embargo, eso no quitaba la humillación de ver cómo su casa era inspeccionada periódicamente por la policía. Por lo tanto, el autor decidió cambiar su nombre a Lu Hsun, para ingresar en la Academia Naval de Nankín sin ninguna clase de precedente familiar.




Durante muchos años, la vida del escritor fue un gran drama, no sólo por la situación política de su país, sino por la disolución de su familia. Su madre le arregló un matrimonio con una mujer que no era de su agrado, tuvo un hijo ilegítimo que luego fue adoptado por su esposa y en 1923 rompió la relación con su hermano, también escritor talentoso, al relacionarse con la esposa de éste.

Fue uno de los personajes más representativos de la política en el siglo XX, formó parte de la generación de intelectuales de ese tiempo, y escribió un gran número de boletines y notas acerca de su opinión sobre la guerra Se le suele describir como un autor pedagógico y paternal, porque la educación era un tema muy importante para él: tuvo una educación tradicional y sin embargo, pudo acceder a la literatura moderna, lo que le permitió estudiar medicina y lenguas, así como traducir un gran número de obras al japonés.

Lu Hsun era un hombre que guardaba relaciones con miembros de todas las facciones existentes, incluso con los japoneses, lo que le dio una ventaja durante la guerra contra Japón, ya que le permitieron tener ciertos beneficios durante la invasión, lo cual le trajo problemas con los comunistas más tarde. Estos problemas se incrementaron cuando el Partido Comunista Chino tuvo que aliarse con el Partido Nacionalista Chino, puesto que Lu Hsun era un firme antinacionalista. Además los comunistas lo acusaron de no usar la literatura correctamente, es decir, como una forma de unidad nacional.

Los sucesos de la guerra y la experiencia de la madurez le arrebataron a Lu Hsun la romántica visión de la vida, de la política y de la libertad que tenía cuando era joven, sin embargo, fue hasta que se enteró del asesinato de un grupo de estudiantes, que entró por completo al marxismo, y por lo tanto al comunismo. Su pensamiento fue muy importante en las escritura de sus obras y para 1922 se comenzaron a publicar los cuentos que lo hicieron “famoso”: Gritos, Divagaciones, Flores del alba recogidas al ocaso y sus poemas en prosa titulados Mala hierba.

Lu Hsun murió de tuberculosis en octubre de 1936, justo en la mitad de la guerra, por lo que el partido comunista solicitó al Nacionalista, que estaba en el poder, se declararan algunas horas de luto por la muerte del escritor. La petición fue rechazada por el KMT, por lo que después de la proclamación de la República Popular China se hizo un reconocimiento al autor.

En cuanto al estilo literario del autor se puede decir que "se trataba, menos que de una falsificación propiamente dicha, de sacar una obra de su contexto y colocarla en condiciones que, ocultando la mitad, significara otra cosa […] Su arte narrativo depende de la duplicación […] donde hay una cosa, ve dos, y en esa tensión, donde no sabe cuál es el cuerpo y de dónde viene la sombra, se basa su arte" (Domínguez).

Su literatura vino a nosotros en habla hispana hasta que en 1971 Sergio Pitol tradujo del inglés una serie de cuentos que recopiló en Diario de un Loco. El cuento que estudiaré en este trabajo es precisamente el que da nombre a dicha antología.

“Diario de un loco” cuenta la historia de un hombre que viaja a su aldea de nacimiento para visitar a uno de sus mejores amigos, pues se entera de que había enfermado. Al llegar al lugar sólo encuentra al hermano de su amigo, quien le dice que éste se había recuperado de la enfermedad y que se había ido a otra provincia donde encontró un empleo. El hermano le da al narrador dos cuadernos, que eran los diarios de su amigo, y le dice que quizá ellos le ayuden a comprender su mal.

A lo largo del relato podemos ver que el amigo del narrador se convirtió en un loco, que descubrió que los aldeanos son caníbales y ahora teme porque piensa que lo han retenido para comérselo. Con el paso de cada página del diario, se puede percibir que la locura del personaje va creciendo, pues comienza a comprender que toda la gente de la aldea es caníbal. El límite llega cuando deduce que su hermano es parte de los caníbales y que se comieron a su hermanita cuando ésta murió. Finalmente, su paranoia llega a su cúspide cuando teme que él mismo haya llegado a comer la carne de su hermanita sin haberse dado cuenta; sin embargo, conserva la esperanza de que los niños no sean contaminados.

El cuento comienza de una manera un tanto quijotesca, puesto que el narrador menciona que leyó los diarios de su amigo, que le fueron proporcionados por el hermano de éste, y que a pesar de que en general son estampas extrañas y sin sentido, logró transcribir algunas que pensó, servirían para el estudio de la medicina. En total tenemos doce estampas que el narrador recolectó por su relevancia. El final del cuento deja demasiados cabos sueltos, como lectores no sabemos si el loco dice la verdad, si es sólo producto de su imaginación, si se une a los caníbales y por eso lo dejan ir, o si de hecho los aldeanos se lo comieron; pero eso no es lo importante para este análisis, sino la figura del loco, del subalterno.

El concepto de subalternidad tiene sus orígenes en el pensamiento marxista y “surge para dar cuenta de la condición subjetiva de subordinación en el contexto de la dominación capitalista” (Modonesi 2). Antonio Gramsci fue el primero que le dio al concepto del subalternidad una carga teórica en sus Cuadernos de la Cárcel. Gramsci transporta la concepción socio-política de la subalternidad a un plano socio-económico, y concibe a los dominantes como fuerzas en constante lucha por el poder y a los dominados los llama subalternos.




Gramsci define la subalternidad como “experiencia de la subordinación, expresada por la tensión entre la aceptación/incorporación y el rechazo/autonomización” (Modonesi 11). Es en esta concepción en la que basaré este análisis.

En Diario de un loco se percibe un subalterno muy claro, el loco. Es él quien es dominado por el resto de la aldea y quien se va dando cuenta de ello poco a poco, cuando al pasear por la aldea se siente observado por la gente e incluso por los animales. Advierte que está siendo castigado por algo que hizo en el pasado:


Recuerdo que hace veinte años pisé, sin quererlo, el libro de cuentas del señor Ku chiu con anotaciones hechas durante varios años y que él se enfureció. Y si bien es cierto que el señor Chao no conoce al señor Ku chio, de alguna manera debe haberse enterado de aquel incidente y se decidió a vengarlo. He aquí por qué conspira contra mí con la gente de la aldea (Lu Hsun 17).

Después nota que la verdadera intención de los “no-hombres”, como él los llama, es devorarlo: “—¡Canalla! ¡Me gustaría despedazarte a dentelladas para desahogar esta rabia que me bulle en el cuerpo! […] Y mientras decía eso se me quedó mirando” (Lu Hsun 17).

Con sus ataques, es calificado como loco y por ello es fácil acorralarlo y convertirlo en el subalterno, en el dominado: “Cuando entré en el estudio me encerraron, como a una gallina o a un pato en el gallinero” (Lu Hsun 18). Sin embargo, no deja de ser un subalterno que se resiste al sistema, pues sigue luchando en contra de los “no hombres”. Incluso trata de prevenir a su hermano contándole lo que sucede. Pero éste sólo se burla de él. Más tarde se da cuenta de que su hermano se ha unido a los caníbales: “Fue mi hermano quien devoró a mi hermanita, aunque no sé si mi madre llegó a saberlo” (Lu Hsun 28).

En el texto, Lu Hsun nos muestra dos tipos de subalterno, en primer lugar está el loco que se resiste al sistema de los aldeanos, y por otro lado están los mismos caníbales que también se subordinan al sistema pero lo aceptan; alguien, quizá en la misma aldea, debe decirles qué hacer; siguiendo el texto y de acuerdo a las razones por las que los aldeanos quieren comerse al loco, me inclino a pensar en el señor Chao, que es quien va a vengar los pisotones del libro de cuentas. Aunque esta es una teoría muy arriesgada.

Lo que es verdad es que viendo el texto desde un panorama más amplio y conociendo los ideales de Lu Hsun, es fácil identificar la historia con la situación política de la China de los tiempos del autor. Por supuesto que el loco, que es la minoría suprimida, puede simbolizar el comunismo, que durante mucho tiempo representó a los pocos que se resistían al régimen. Sin embargo, está la otra parte de la población, la mayoría adherida al régimen nacionalista, que sigue siendo subalterna, pues aunque fueran soldados o partidarios nacionalistas seguían subordinados a los grandes mandos.

En Diario de un Loco se presenta un subalterno por excelencia, un individuo que se enfrenta al mundo y se revela ante el régimen dominante. Por otro lado están los subalternos que aceptan el régimen y que aunque están del lado dominante, sólo los coloca en dicha posición el hecho de estar ante el subalterno rebelde. Sin embargo, como dice Gramsci, no es fácil deshacerse de la subalternidad, para ello tendrías que volverte dominante y tener a todos los demás subordinados a ti. Bajo esta concepción todos nos convertimos en subalternos, y creo que eso es algo que Lu Hsun quiere evitar con la última frase del texto, quiere que esa situación acabe, y que esa mentalidad de dominación y subordinación que lleva a la violencia, se termine: “¡Salvad a los niños!” (Lu Hsun 29).


BIBLIOGRAFÍA

-Domínguez, Christopher, “Diario de un loco de Lu Hsun”, en Letras Libres, 31 de agosto de 2008. Hsun, Lu. Diario de un loco.. Xalapa: Universidad Veracruzana, 2011. (Trad. Sergio Pitol)

-Modonesi, Massimo, Subalternidad. Ciudad de México: Universidad Nacional Autónoma de México, 2012.


Paulet Thanairy Malo Jiménez estudió la carrera de Letras Hispánicas en la Universidad Autónoma de Aguascalientes. Sus intereses son muy variados, entre ellos están la lectura, la escritura y la protección animal y ambiental.


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